Este número de El Nigromante aborda varios temas de relevancia histórica y filosófica. En el editorial, se defiende el uso de la violencia revolucionaria como una herramienta legítima para combatir estructuras de poder opresivas, argumentando que muchos de los grandes cambios sociales no se han logrado a través del pacifismo. Se plantea que la violencia estructural ejercida por las élites justifica el uso de la fuerza como respuesta revolucionaria.
Por otro lado, en el ensayo «Ciencia y Masonería» de Alfredo Grande, se explora el papel de la ciencia en la búsqueda de la verdad, destacando su método flexible y empírico. Grande analiza cómo la ciencia, libre de dogmatismos, permite el avance del conocimiento humano y la mejora de la sociedad, siempre en constante diálogo con la realidad. La masonería, en su lema de «Ciencia, Justicia, Trabajo», se alinea con este pensamiento, proponiendo un ideal de progreso y perfeccionamiento individual a través del rigor científico y la virtud.