Masonería en Yucatán: El legado de La Gran Logia Unida La Oriental Peninsular

Desde su fundación hace casi un siglo, la Gran Logia Unida «La Oriental Peninsular» ha sido un faro de luz y guía en el panorama masónico de México. Su influencia ha impulsado el desarrollo de la masonería en Yucatán y la ha posicionado como un participante activo en los eventos más significativos del siglo XX en la región.

La Gran Logia ha estado presente en momentos clave que han dado forma a Yucatán. Desde la Revolución Mexicana hasta la defensa del estado laico y la separación entre la Iglesia y el Estado, ha sido un actor comprometido en la evolución social y política de la región, reafirmando siempre su misión de promover los valores masónicos.

Sus raíces se encuentran en los esfuerzos pioneros de los primeros masones en tierras mayas. Desde la creación de la Gran Logia «La Oriental» en 1913 hasta la fundación de la Gran Logia «La Peninsular» en 1923, y su posterior unificación en la Gran Logia Unida «La Oriental Peninsular» en 1928, la historia de esta institución está marcada por la búsqueda de la unidad y fraternidad entre los masones de la región.

Actualmente, la Gran Logia Unida «La Oriental Peninsular» sigue siendo un baluarte masónico en la sociedad yucateca, con un renovado compromiso con los principios de libertad, igualdad y fraternidad que sustentan la masonería universal. Reconocida por la Confederación de Grandes Logias Regulares de México y la Confederación Masónica Interamericana, continúa su labor con legitimidad y respeto, apoyada en sus talleres masónicos distribuidos en toda la región. Estos espacios son puntos de encuentro y reflexión, donde los masones trabajan unidos para construir un mundo mejor, manteniendo encendida la luz de sus ideales y su impacto en la sociedad.

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