La masonería, en su esencia, es una institución que persigue la perfección moral y el crecimiento ético de cada uno de sus miembros. Uno de sus pilares más fundamentales es la unidad, que no solo fortalece la estructura interna de las logias, sino que también permite a los masones trabajar juntos para superar cualquier adversidad. En momentos de conflicto y división, como los que enfrenta la Gran Logia Unida «La Oriental Peninsular», la cohesión interna y el regreso a los principios fundacionales son claves para superar los desafíos y elevar la moral de todos los hermanos.
La Unidad como Principio Fundamental
La unidad en la masonería no es simplemente una idea decorativa; es un principio esencial que mantiene viva la Orden y asegura su crecimiento y permanencia a través de los siglos. En la Gran Logia Unida «La Oriental Peninsular», este valor ha sido clave para la construcción de una fraternidad sólida y respetada, cuya trayectoria histórica es un testimonio de los ideales que compartimos como masones. Cuando los hermanos están unidos, la logia se convierte en un espacio de paz, respeto y confianza, en el que cada miembro puede encontrar el apoyo necesario para desarrollarse como un mejor individuo y un mejor masón.
La importancia de esta cohesión interna se hace evidente en tiempos de crisis. Si bien las divisiones pueden surgir en cualquier institución, la masonería cuenta con un arsenal de principios que permite enfrentarlas y superarlas. Los valores de fraternidad, justicia y lealtad proporcionan las bases necesarias para resolver los conflictos de manera constructiva y proteger la integridad de la logia. La unidad es, entonces, un faro que orienta a cada masón hacia una actitud de comprensión y reconciliación, recordando que el propósito de la Orden es alcanzar un bien común, más allá de los intereses personales o las diferencias temporales.
Las Divisiones: Un Reto y una Oportunidad
Es normal que, en una institución con miembros de diversas personalidades e ideologías, surjan divisiones y conflictos. Sin embargo, cuando estas divisiones se manejan con base en los valores fundacionales de la masonería, dejan de ser una amenaza y se convierten en una oportunidad para el fortalecimiento. En el contexto actual de la Gran Logia Unida «La Oriental Peninsular», las divisiones pueden ser vistas como una oportunidad para revisar y reafirmar los principios que han hecho grande a la Orden.
El respeto por el debido proceso, el compromiso con la verdad y la voluntad de escuchar y comprender a los demás son herramientas poderosas que pueden ayudarnos a superar los conflictos actuales. El retorno a los principios de la Orden implica una disposición a dejar de lado el ego y las diferencias personales, permitiendo que la paz y la fraternidad prevalezcan. Esto no solo fortalece la cohesión interna de la logia, sino que también proyecta una imagen de estabilidad y madurez, elevando la moral de los hermanos y mostrando al mundo el verdadero poder de la masonería.
El Regreso a los Principios Fundacionales
En tiempos de crisis, es fundamental recordar los principios sobre los cuales se erige la masonería. La fraternidad, que nos enseña a ver a cada hermano como una parte esencial de la logia; la justicia, que nos guía para actuar con imparcialidad y equidad en todas nuestras decisiones; y la libertad, que nos permite expresar nuestras ideas con respeto, son valores que han dado solidez a la Orden a lo largo de los siglos.
El regreso a estos principios no es solo un acto simbólico, sino una decisión que se refleja en cada acción y palabra de los hermanos. La masonería nos llama a ser un ejemplo de armonía y paz, y nos recuerda que cada conflicto interno puede ser resuelto si recordamos que lo que nos une es más grande que lo que nos separa. Al recordar estos valores, no solo fortalecemos nuestra logia, sino que también elevamos la moral y el sentido de pertenencia de cada miembro, creando un ambiente en el que todos se sienten inspirados para seguir adelante.
Conclusión
La unidad masónica es un recurso invaluable en tiempos de crisis. Frente a los desafíos internos, la Gran Logia Unida «La Oriental Peninsular» tiene la oportunidad de fortalecerse y superar las divisiones, siempre que sus miembros se comprometan a volver a los principios fundacionales de la Orden. El retorno a la fraternidad, la justicia y la libertad nos permitirá enfrentar cualquier obstáculo y superar las tensiones actuales, proyectando un ejemplo de solidez y madurez que eleva la moral de todos los hermanos y asegura la continuidad de la masonería como una fuerza positiva en la sociedad.
Es en estos momentos de prueba cuando la verdadera esencia de la masonería se hace más evidente. Al recordar nuestros valores, al practicar la fraternidad y al respetar la justicia, cada uno de nosotros contribuye a construir una logia más fuerte y unida, reafirmando así el legado de nuestra Gran Logia y demostrando que la unidad es, sin duda, el cimiento sobre el cual se construye el futuro de la masonería.